Ante estos relatos lo que menos se debe ser es un lector ingenuo o descuidado. Un párrafo, una palabra insospechada, pueden quebrar el aparente orden racional para dar lugar a una revelación y en ese momento, uno agradece ser parte de la historia. Es que quizás, a la manera de Ricoeur, Pablo, sea otro de los maestros de la sospecha.
Matilde Del Otero – Azul – Provincia de Buenos Aires - Argentina