En el blog de la Libería Textos Cautivos, el librero y amigo Omar Campos hace una reseña de Forjador de Penumbras. Sin perjuicio de copiar algunos párrafos, es propicia la oportunidad para invitarlos a seguir el link bajo la imagen. No sólo van a encontrar reseñas sino también, la oportunidad de buscar o encargar ese dichoso libro que durante tanto tiempo resultó esquivo.
Muchas gracias, Omar.
Dice la reseña:
Conocí a Pablo por octubre del 2011 cuando me compró un libro sobre Jorge Luis Borges. Hubo otras compras y en algún momento la relación Cliente – Librero pasó a la charla sobre literatura, su experiencia como escritor, sus inicios, sus premios, cómo llega a crear un cuento o un poema, sus anécdotas de pibe con los libros, su amplia biblioteca, etc. y mis experiencias en los pocos años que llevo como librero incipiente.
En una de esas charlas, tuve el honor de que me dedicara su libro que aprovecho, ahora, a presentar.
Dice Roberto Alifano en el prólogo de “Forjador de penumbras”: … “No abundaré en el análisis de cadatexto; las historias que aguardan deben ser leídas con todas las palabras, con todas las circunstancias y con toda la calidad literaria empleadas por su autor al escribirlas”…
Y coincido con ello. Sin embargo, no puedo evitar hacer algún impertinente comentario acerca de los cuentos leídos. El manejo de un tiempo, donde se funden el “aquí y ahora” con “el allá y entonces”, nos sorprende en algunos relatos como “El regreso a Los Perales” o “El sueño del otro”. Esos mismos límites difusos pero, esta vez, entre el sueño y la consciencia o entre la vida y la muerte, nos atrapan en “Flores muertas” y en “Sueño 48”. Hacer un recorrido por estas páginas, es una invitación a adentrarse en la imaginación del autor y a incentivar la del lector. Un juego entre la escritura y la lectura, donde también los límites son difusos…