Pablo Martínez Burkett
Es santafesino, pero vive y publica en Buenos Aires. La infancia en la ciudad, las influencias literarias y el género fantástico como elección.
TEXTOS. REVISTA NOSOTROS. FOTO. GUILLERMO DI SALVATORE
LA TIERRA NATAL. “Mi vida en Santa Fe fue muy feliz. Al nacer, vivíamos en el barrio Sur, pero enseguida nos mudamos a barrio Candioti, así que tuve una infancia de Plaza Pueyrredón, Cine Esperancino, siestas de bici, chapuzones en la Laguna, el olor a azahar, y la cebada cocinándose en la Cervecería. Fui al Colegio La Salle-Jobson y con pasión, defendí sus colores en rugby. Me recibí de abogado en la UNL y alcancé a ejercer un año antes de mudarme a Buenos Aires”.
LA CIUDAD EN LA ESCRITURA. “Aunque en breve voy a tener igual cantidad de años vividos en Santa Fe que fuera, es indudable que ese entramado invisible está muy presente. En mis relatos, el énfasis reside más bien en la trama y no tanto en los lugares o los personajes, pero no es infrecuente encontrar pequeñas declaraciones de pertenencia como el nombre de un río, una calle o un parque”.
LOS COMIENZOS. “De chico imitaba las novelitas de cowboys o las historietas de la Editorial Columba, que salían en Tony o D’Artagnan. En la adolescencia, lógicamente, me empeñaba con torpes poesías. Sin embargo, no hace mucho, descubrí en un cajón de la casa de mis padres un diploma del Certamen Literario Intercolegial José Pedroni, de 1981. Tenía 16 años y es quizás el testimonio concreto de una temprana vocación literaria”.
LAS INFLUENCIAS LITERARIAS “Siempre fui de leer mucho. Mis padres me ayudaban a seleccionar los libros en la biblioteca del Colegio. De esa época es la devoción por Poe, Lovecraft, Verne, Wells, Salgari, Borges y Bioy. También me entretenía con los libros de Historia, Filosofía y aún, Teología, de papá. Y mis profesores han tenido igualmente una influencia notable”.
EL GÉNERO ELEGIDO. “Por una cosa u otra me fui decantando hacia el género fantástico, para ser más preciso, el llamado fantástico rioplatense, es decir, una literatura donde en general no hay aparatos ni ingenios tecnológicos, sino que por una circunstancia inesperada y repentina, se produce un cambio de perspectiva y el mundo cotidiano empieza a borronearse para volverse anómalo y no pocas veces, aterrorizante. En el fondo, no son sino atajos para interrogarnos sobre la noción de realidad”.
FICCIÓN, ENSAYO E INVESTIGACIÓN. “Lamentablemente no puedo dedicar todo mi tiempo a la escritura. Pero una buena porción del día está dedicada a ella. Colaboro en numerosas revistas y diarios, un programa de radio, y tengo varios compromisos editoriales pendientes. El año que viene sale ‘Los ojos de la divinidad’, mi segundo libro. Me he aventurando al ensayo, participando ya dos veces en las Jornadas Cervantinas de Azul. Y me acaban de invitar de la Universidad de Castilla-La Mancha para participar en un proyecto de investigación sobre la recepción internacional de El Quijote”.
“FORJADOR DE PENUMBRAS”. Mi libro, ‘Forjador de penumbras’, contiene 26 relatos de literatura fantástica, con un poco de terror y algo de ciencia ficción. Pero también es una invitación a recuperar el asombro del universo, a sospechar el engaño de los sentidos. En el prólogo de Roberto Alifano, puede leerse: ‘Los cuentos que tengo el gusto de prologar son diversamente admirables y cumplen con rigor el propósito que persigue el género fantástico. Son claves o alegoría de la realidad y, por consiguiente, más ricos y preciosos que la simple realidad’ “.